REVOLUCIÓN HÚNGARA
Tras las críticas de Kruschev al régimen de Stalin, algunos países como Hungría vieron la oportunidad de desentenderse del gobierno de Moscú, por lo que tras numerosas revueltas populares principalmente producidas por el odio al comunismo de una sociedad, la húngara, de tradiciones y religión católica muy marcada, Hungría consiguió expulsar a los tanques soviéticos y poner como presidente a Imre Nagy.
El nuevo gobierno de Hungría apoyado por occidente llevó a cabo una serie de juicios contra los antiguos líderes comunistas del país incluso llegando a la pena de asesinato. Pero la situación cambió, pues paralelo a este proceso se desarrollaba la crisis del canal de Suez en la cual los países occidentales se centraron dejando abandonado al gobierno húngaro, lo dejaron a su suerte. Ante esta situación los tanques soviéticos aprovecharon para retomar el control de Hungría y establecer de forma "oficial" las influencias soviéticas en Europa, el Telón de Acero.
El nuevo gobierno de Hungría apoyado por occidente llevó a cabo una serie de juicios contra los antiguos líderes comunistas del país incluso llegando a la pena de asesinato. Pero la situación cambió, pues paralelo a este proceso se desarrollaba la crisis del canal de Suez en la cual los países occidentales se centraron dejando abandonado al gobierno húngaro, lo dejaron a su suerte. Ante esta situación los tanques soviéticos aprovecharon para retomar el control de Hungría y establecer de forma "oficial" las influencias soviéticas en Europa, el Telón de Acero.
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