LLEGADA DE KRUSCHEV

Tras la muerte de Stalin, Kruschev fue elegido como nuevo líder de la Unión Soviética. Al llegar al poder, este hombre criticó todos los crímenes y atrocidades que Stalin cometió contra la población del país: asesinatos, purgas, envíos a los gulags... Esta crítica al anterior régimen tuvo ciertas repercusiones en las áreas de influencia soviética: por un lado la China de Mao, al conocer estas opiniones sobre Stalin que ahora tenía la URSS, empezó a alejarse de los rusos, con lo que las relaciones entre las dos potencias empeoraron progresivamente hasta llagar años más tarde a pequeños enfrentamientos en la frontera de los dos países. Por otro lado esas críticas provocaron que la población de algunas democracias populares se manifestasen contra el sistema comunista de Moscú. Algunos países como Polonia o Hungría consiguieron otro tipo de regímenes, los cuales no duraron mucho tiempo debido a la intervención de la URSS para restablecer el orden anterior.

A pesar de ello la llegada de Kruschev a la presidencia provocó cierta apertura de la Unión Soviética y sus estados satélites.