GUERRA DE CRIMEA
Un Imperio Otomano decadente, un Napoleón III con ansias de victorias y un Imperio Británico que quería controlar a los turcos, provocaron un conflicto bélico en el que murieron muchas personas: la guerra de Crimea.
Al principio Rusia decidió ocupar los principados del Danubio para desafiar a los otomanos, ya que allí los ortodoxos eran explotados y perseguidos. Aliados con los turcos, franceses e ingleses, consiguieron echar a los rusos de esos territorios consiguiendo ganar esa especie de conflicto sin necesidad de luchar demasiado; sin embargo, cuando terminó este conflicto quedaron allí multitud de tropas anglo-francesas destinadas a luchar pero con el enemigo ya vencido. Por ello, turcos, franceses e ingleses decidieron atacar el arsenal de Rusia en el mar Negro: Crimea.
A partir de ahí se desarrolló una guerra sangrienta en la que se pudo ver el atraso tecnológico ruso y la buena calidad de los ejércitos francés e inglés. Al final los aliados tomaron Sevastopol (prinipal ciudad de Crimea), pero a su vez, los rusos conquistaron una zona del este de Antolia a los turcos (Kars). Por ello se dice que no fue una derrota absoluta de Rusia, aunque perdiera territorios y tuviese que desmilitarizar el mar Negro por el tratado de Paz.
Años más tarde Rusia volvió a armarse y repuso su influencia en el Imperio Otomano.
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